Entreteniendo mis dedos y mi boca
Para no recordar tu cuerpo, ni tus labios.
Buscando la amargura de la cafeína
Para no sentir la amargura de tu recuerdo.
Consumiendo el humo de un Marlboro
Para no recordar el olor de aquél perfume.
Volviendo a todos mis vicios
Para no recordar que mí más grande vicio desapareció junto con una nube de humo que nunca Ingresó a mis pulmones y jamás se quedó en mis venas.
Autor:
Mis noches de poesía están llenas de ti y un poco de vino también. Si te fijas bien, mis tuis tienen tu nombre.
Bello, Antioquia.