Luna, lunera, cascabelera. Te sorprendí, jugando con una
nube gris, cuando,
hastiado. soñaba a la nocturna sombre de una piedra
gris,grande, mágica.
La rizosa nube me impedía, a veces, otear el horizonte y
contemplar tu cristalina
silueta.
Pasaban los minutos, las horas, la noche y seguía sentado y
abstraído al lado de
aquella piedra gris.
Cuando la plomiza y pesada nube se descuidaba estabas
hermosa y reluciente y
podía contemplarte ensimismado. Al lado, cerca de la peña,
unas margaritas
empapadas de rocío esperaban con ansiedad la alborada.
Ya de mañana, muy de madrugada, al despertar sali en a
encuentro por la vera del
camino, en compañía de las margaritas rocieras que jugaban
con el sol. Luna,
lunera, cascabelera.
Te veo a veces
jugando con la luna
puro delirio
Y mi alma en vilo
cuando pasan las horas
cae el ocaso
Sueño en la cima
mimando tu silueta
de terciopelo
Vienen caminos
Senderos tortuosos
apoteosis.
Pasan las horas
y pasan los momentos
vendrá la aurora.
Y ... abstraido sigo sentado a la sombra de la peña gris
oyendo como la noche está
murmullando y murmullando, por lo bajo, de que la luna no la
acompañe en su
camino y la noche se empapa en lágrimas.
Llega la mañana. Vienen la luz y el día y, juntos, esperan
la noche con la ilusión de que
llegue la luna y limpie sus lágrimas de lluvia. Recordará la
piedra.
Pero..... llegará ...
Autor:
Orujo y café
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