Quiero olvidar el otoño,
Quiero recoger cada hoja caída,
Devolvérsela a ese árbol grisáceo y casi sin vida
Que me observa, indefenso, desde el jardín.
Árbol, desnudo y frágil, que me ruega pidiendo calor.
Tápame, dame color, quiero volver a ser bello.
He pensado hacerle una manta con sus hojas caídas,
Sería cubrirlo con un manto de lágrimas vertidas.
He llamado a los pájaros para que se posen en sus ramas
cantándole y abrigándole con sus finas plumas.
Lloro junto a él, en el otoño de su vida,
Cuando el viento lo golpea salvajemente
Arrancándole gritos a sus delgadas ramas.
Lloro con el junto a la lluvia que nos limpia.
Me tiende sus pequeños brazos y yo los sujeto,
Él y yo sabemos que el otoño pasa,
Que pronto se dormirá bajo un manto blanco y frío.
Mientras sus firmes raíces se aferran al calor de la tierra.
Volverá a ser bello y hermoso
Se cubrirá de flores rosáceas y blancas.
Nos miramos y sabemos,
que su belleza real está en el tierra
esa que, a veces, oprime sus raíces,
que le hace arraigarse a la vida con dolor, fuerza y
alegría.
Que su desnudez, sus otoños y sus lágrimas
son un paso más, de esa auténtica vida, que no muestra.
Que está bajo un manto de cálida tierra.
P.D: Con todo mi cariño para Alicia.
Autora: Sirena de Luna.
Síguela en Twitter: @ssirenadeluna
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