Año 2034.
Me llamo José. Tengo 70 años. Ante algo que da calor y tiene
varios paneles termoeléctricos, envolventes, que asemeja al medio óvalo de un
iglú, me quedé dormido.
Cuando me duermo no se si sueño o recuerdo. A veces si sé
que sueño, ya que vuelo o estoy en otros planetas. Pero cuando no es así, creo
que recuerdo. Y además me parece, que no recuerdo; creo que son historias que
me hubiesen gustado recordar.
Así que ahora es 2013, año de felicidad, disfrutando de la
vida sonriente, de las puertas abiertas y de las caricias y miradas de tus
hijos.
En la película de mi mente pasan sonidos, músicas orgánicas,
piánicas y guitárricas, que me hacen difícil distinguir las imágenes,
envolventes, abrazos aletargados, bailes en cámara lenta, emociones y
ambiciones de un jóven vástagos adolescente; con grandes expectativas de
futuro...
Sigo cómodo, la vida no puede ir mejor. Los recuerdos que
quiero recordar me van acomodando, lentamente en la cuna de mi yacimiento.
De madrugada, con el sol, me despierto, quiero hacerlo para
seguir siendo joven a los 70 años. He depurado durante los años una técnica que
consiste en continuar el sueño durante unos 10 minutos. entre dormido y entre
estado despierto... Y es maravilloso.. Aquí están los auténticos recuerdos, los
que vuelan, entre la realidad física y el dulce estado morféico. Hasta que se
acaba. Pero siempre consigo alargarlo un poco.
De repente han pasado 20 años. 20 años de ilusión soñada y
anhelada, que apunto en un Cuaderno de Recuerdos, 20 de años de vida, que quiso
ser vida, y que no pudo ser vida.
Y mañana será igual,
un día de 2034, otro día infeliz, triste y anodino , un día mas para
volver a imaginar los recuerdos del cuaderno, que a diario sueño
José Baruco.
José Baruco.
Quiero darte las gracias a ti José, por este hermoso recuerdo, por la hermosa amistad que me brindas , por todas las cosas buenas que aprendo de ti y por tu hermoso y gran corazón. Gracias de mi corazón al tuyo, gracias